AV. TRÁFICO
Ha llegado a...
En la actualidad, los ciudadanos salimos todos los días de nuestras casas y utilizamos el transporte público o privado. Para conocer los problemas que este presenta, tenemos que entender que son los siguientes conceptos.
Cuando hablamos de movilidad, debe asociarse con el automóvil, ya que es el método más común de movilizarnos. Según dice Vega Centeno (2004), el automóvil se ha convertido en un instrumento que facilita el ejercicio de la "libertad en movimiento" esto quiere decir que cada chofer decide libremente su propia red vial, lo que causa un flujo vehiculares intenso en la ciudad. Siguiendo con el tema, la sostenibilidad, emplea un rol importante, ya que esta busca asegurar que las siguientes generaciones tengan las mismas capacidades como las generaciones de hoy en día (Pearce y warford, 1993). Es por esto que el transporte en Lima es poco sostenible, lo que genera muchos conflictos de contaminación, inseguridad, entre otros. Así mismo, para Pearce y Warford (1997) el transporte sostenible, abarca aspectos ambientales, sociales y económicos como temas importantes para su medición.
Cada tarde - noche podemos apreciar cómo los carros avanzan lentamente por largas horas en Costa Verde.
Así mismo, para Pearce y Warford (1997) el transporte sostenible, abarca aspectos ambientales, sociales y económicos como temas importantes para su medición. Por último, los principales enemigos a la solución del tráfico en Lima, son los conductores, sobre todo los del transporte público. A estos no les importa su seguridad y menos aún la de los peatones. Los choferes del transporte público suelen aplicar tipos de manejo para diferentes situaciones. Por ejemplo, cuando otro bus de su misma empresa empieza a la misma hora que este, el que es segundo se chanta, lo que es quedarse por 1,2 ó incluso 3 semáforos para así llenarse de pasajeros. Del mismo modo, conductores de diferentes empresas frecuentemente" corretean" entre sí para conseguir mayor cantidad de pasajeros, lo que significa que manejan a gran velocidad poniendo en riesgo a los ciudadanos. Un último dato, es que los "dateros" son los que se encargan de transmitir la información a diferentes conductores de empresas con códigos como 7-3-7 ( Bielich, 2009), también les asegura si otro bus de su misma empresa ha pasado por su misma ruta.
“Para comprender el presente debemos mirar el pasado.”
-Karl Jaspers.
Algunos habitantes piensan que el tráfico de Lima es un problema reciente, pero están totalmente equivocados. Todo empezó hace muchos años atrás, específicamente a fines del siglo XIX, cuando el primer ferrocarril eléctrico permitió el desplazamiento de largas distancias. Sin embargo, fue rápidamente reemplazado por los tranvías, 20 años después, en 1894. Este fue uno de los principales medios de transporte público hasta que Lima empezó a desarrollar cambios en su crecimiento y demografía. La República Aristocrática y el Gobierno de Leguía originaron que Lima se convirtiera en el principal punto de llegada de más de 2 millones de migrantes de distintos departamentos del país durante este período de tiempo. Los tranvías ya no cubrían las necesidades de los nuevos habitantes que se habían asentado en los alrededores de Lima Central, y esto, trajo como consecuencia el transporte informal, que se incrementaba cada vez más con la llegada de más migrantes a la ciudad. Debido a este problema, el Estado tomó creó organismos estatales como la ENATRU (empresa Nacional de Transporte Público) en 1975, con el objetivo de regular el transporte urbano en Lima con unidades vehiculares grandes y cómodas denominadas “ómnibus”. No obstante, no fue suficiente. La demanda de transportes públicos sobrepasaba la oferta a niveles gigantescos, esto originó que los limeños optaran por elegir microbuses o combis informales para movilizarse de un lugar a otro. En 1960, según censos tomados esa década la población de Lima se multiplicó debido a las migraciones y originó una crisis con respecto a la movilización. Pero, no duró mucho luego de que Alberto Fujimori asumiera el mando en 1990. Este gobierno dio un paso decisivo en el desarrollo del transporte público. En 1991, se promulgaron una serie de leyes que permitieron privatizar las empresas y regular los precios de las tarifas que ofrecían para un mayor movimiento. Otro de sus decretos más importantes consistió en la importación de más de 4000 vehículos usados (combis, buses, coasters) para aliviar la necesidad pública. Sin embargo, el problema estaba lejos de ser resuelto. El surgimiento de la competitividad de las empresas debido a la alta oferta de combis y microbuses, sembró una cultura de irrespeto hacia las normas de tránsito y demás que perdura hasta la actualidad.
Uno de los primeros tranvías elaborados en la capital.
¿Siempre ha sido así?
En primer lugar, el peatón al igual que los conductores deben respetar normas para evitar accidentes de tránsito, los cuales representan un obstáculo para que los demás vehículos circulen con normalidad, con lo que llegan a entorpecer el tráfico. Entre las normas que el peatón debe cumplir podemos encontrar el circular por las veredas o bermas y utilizar los cruceros peatonales, además es importante recordar que un peatón infractor puede recibir multas por parte de la policía. En segundo lugar, los medios de transporte público generan, con su desorden e informalidad, caos en las calles y avenidas de la capital. Considerando, por un lado, que el crecimiento demográfico en Lima Metropolitana aumentó la demanda de transporte en los últimos años y esta situación incrementó la creación de empresas que brindan el servicio de transporte para cubrir distintas rutas de la capital. Estas empresas, apoyadas en la deficiente reforma de transporte de años anteriores por parte de la municipalidad y con una incapacidad para cubrir la demanda por falta de vehículos, permitieron que se encuentre en la terciarización de estos una solución rápida. De esta manera las empresas de transporte se subdividen en la empresa concesionaria de la ruta, representada por accionistas y dirigentes, los propietarios de los vehículos, y los operadores: choferes y cobradores. Este sistema no permite que se gestione de manera eficiente el transporte público, ya que no depende enteramente de una empresa y conllevan a un desorden caracterizado por la necesidad de generar mayores ingresos al final del día por parte de los conductores y cobradores. Otro actor relevante es la Municipalidad Metropolitana de Lima, que se encarga de otorgar concesiones a las empresas de transporte y gestionar el número de vehículos requeridos por ruta. Por ejemplo, la línea 73, otorgada a la Empresa de Transporte Urbano El Paraíso S.A. (ETUPSA), trabajan actualmente con tres rutas cedidas por la Municipalidad Metropolitana de Lima. Finalmente, la Policía Nacional de Tránsito o carretera es la única autorizada para sancionar con multas las infracciones y, de esta manera, asegurarse del cumplimiento de las reglas de tránsito por parte de conductores y peatones a nivel nacional. Entre las infracciones que más se multan por parte de la Policía se encuentra el exceso de velocidad, el no contar con la licencia de conducir o los documentos del vehículo en orden, y el no respetar las señales de tránsito.
En primer lugar, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el año 2018, informó que el tránsito de vehículos ligeros aumentó un 4,2%, y el tránsito de vehículos pesados aumentó un 3,9%. Esto indica que seguiremos pasando por este problema, debido a que la mayor presencia de vehículos en las autopistas generará más congestión en Lima. Por otro lado, según una encuesta realizada en el año 2015, por el observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos, el 75,6% de ciudadanos se traslada en transporte colectivo, el 15,5% en transporte individual, y el 7,8% se traslada a pie o en bicicleta. Estas cifras demuestran que la mayoría de limeños, al preferir trasladarse en vehículos motorizados, se verán perjudicados por el caótico tráfico de la ciudad. En tercer lugar, INEI realizó un análisis de accidentes de tránsito en el año 2016. En este, se reunió información para contabilizar la cantidad de accidentes, de la cual resultaron 16 659 a nivel nacional. Dentro de esta cifra, el departamento que presenta la mayor cantidad es Lima, con 58 007 de accidentes, y representando el 49,7% del total. A este departamento le sigue Arequipa, con 7076 accidentes, y La Libertad, con 5 709. Asimismo, del total de accidentes registrados a nivel nacional, el 54,7% ocurrieron en avenidas, 19,9% en carreteras, y 17,2% ocurrieron en calles o jirones. Estos accidentes de tránsito son responsables de daños físicos a las personas involucradas. Además de esto, ocasionan un estancamiento de vehículos en los lugares mencionados, es decir, provocan que haya congestión vehicular. Finalmente, el tráfico también es causante de otro tipo de problemas, como el ruido ambiental. De acuerdo a un estudio elaborado por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), de los puntos comparados con el Estándar de Calidad Ambiental para Ruido, la provincia de Lima presentó un exceso del 90,21% del respectivo estándar. Además, dentro del estudio se concluyó que los principales generadores de ruido ambiental son los vehículos de transporte debido al mal uso de las bocinas y a su falta de mantenimiento. Podemos deducir que este mal uso de bocinas se debe a la impaciencia de los conductores al encontrarse en medio de la estresante congestión vehicular.
Identificamos cuatro actores involucrados cuyas funciones y trabajo en conjunto deberían apoyar al adecuado manejo del tránsito en la capital.
Para conocer la magnitud del problema, es necesario conocer los distintos aspectos dentro de este, mediante datos estadísticos.
El tráfico, en lugar de solucionarse, ha ido creciendo con el pasar los años.